Hace unos días el máximo mandatario de la iglesia española alertaba acerca de los males que las redes sociales podían causar en la moralidad de los jóvenes.

Frente a la ciencia la iglesia opone la fe, es decir, hay que creerse lo que éstos señores dicen.
Resulta curioso, no obstante, que la clarividencia que muestran con este tipo de asuntos no la tuviesem, por ejemplo, para prever las consecuencias del nazismo y alertar a la población sobre ese fenómeno o para combatir los perniciosos comportamientospedófilos de ciertos miembros de su jerarquía.
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