Esto se hunde

Después de tres años de crisis resulta inquietante escuchar a algunos expertos decir que lo peor está por llegar, pero día a día, la realidad que percibimos confirma tales presagios.

En el municipio gaditano de Barbate, los funcionarios municipales se manifiestan, de forma ruidosa pero pacífica, varios días por semana, porque llevan tres meses sin cobrar su sueldo íntegro. Mientras en la localidad, de poco más de 20.000 habitantes, florecen las casas de empeño del siglo XXI, que ahora se disimulan bajo el rótulo de “Compro Oro”; hasta cinco de ellas pude contar en el entorno del núcleo urbano.

Es asombroso cómo se desmoronan tantos proyectos personales que parecían asegurados bajo el paraguas de la administración pública, mientras otros que acceden a ese paraguas no por los méritos que otorga haber aprobado una oposición, sino por ser serviles a su superior político, siguen manteniendo su calidad de vida.

Y mientras, los aspirantes a conseguir la cuota máxima de poder que supone el gobierno de la nación, siguen de mitin permanente, sin escatimar en gastos y augurando una costosa campaña electoral, de la cual nos ahorrarán el disgusto de conocer la factura.