jueves, 18 de diciembre de 2008

Las malas costumbres se contagian



Una de las evidencias más claras de la estupidez humana es la capacidad que tienen ciertas personas para emitir juicios que resultan un insulto para la inteligencia de una persona con un coeficiente intelectual medio.

Esta habilidad suele tener reservado un lugar especial para los políticos españoles, seres
capaces de decir las mayores estupideces con tal de eludir la respuesta sincera a una pregunta complicada o de no asumir errores propios. Siempre es más fácil decir que no ha existido tal error o bien, afirmar que aunque lo hubiesen cometido, no es nada comparado con lo que hizo el fulano del partido contrario el lustro pasado. Y se quedan tan anchos… Como si estuviesen ante un auditorio de borregos (teniendo en cuenta que últimamente siempre están en campaña y dando mítines puede ser normal que piensen esto último). Para ser justos, tampoco es bueno generalizar porque siempre hay honrosas excepciones aunque suelen unirse a la tendencia mayoritaria cuando adquieren responsabilidades.

Pues bien, este comportamiento digno de la mediocre clase política que nos gobierna (por no decir engaña y manipula a su antojo y beneficio) es contagioso. Así, hace pocos días escuché decir a un alto cargo de una empresa privada adjudicataria de una autopista de peaje, que se había producido un colapso en la autopista porque los conductores se habían detenido en ambos carriles de la autopista de manera desordenada.

Para empezar, yo que circulo bastante por autopistas, no suelo ver conductores que detengan sus vehículos en un carril para darse una vuelta, fumarse un pitillo o desahogarse vertiendo nutrientes por el pavimento. Normalmente cuando alguien se detiene es porque tiene algún tipo de problema que le impide seguir circulando. Creo que en el caso que me ocupa, lo que impedía seguir circulando era la nieve. ¿No será entonces que la causa del colapso era que había nieve en la autopista y que el efecto provocado por dicha causa fue la detención de los vehículos y el posterior colapso?

Por otra parte, he de decir que si voy circulando por el carril izquierdo y veo que hay suficiente nieve como para poner en peligro mi integridad, detengo mi vehículo y no se me ocurre pegar un volantazo para detenerme en el carril derecho y provocar una retención ordenada, además se supone que voy adelantando y llevo a otro a mi derecha.

Pues resulta que al ser tan desordenados estos conductores no dejaban pasar a las máquinas quitanieves. Lo más curioso de todo es que a pesar del desarrollo tecnológico, todavía no hay manera de prever una nevada en pleno mes de diciembre en una zona montañosa del norte de España. Es que es muy raro que eso suceda por esas latitudes.

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