jueves, 4 de diciembre de 2008

Olé por Antonio



El pasado 8 de noviembre tuve la ocasión de acudir a un concierto de Antonio Vega en el Playa Club de La Coruña. No era el mejor día porque la mañana siguiente tenía que emprender un viaje de trabajo no previsto a Ecuador, pero no se puede dejar que el trabajo interfiera en el tiempo de ocio y, la verdad es que valió la pena.

Soy de los que considera a Antonio Vega como el mejor cantautor español de los últimos tiempos. Es cierto que se tiende a relacionar a los cantautores con personajes bohemios, con una marcada tendencia política que no ocultan ni en sus letras ni en sus manifestaciones públicas. No creo que Antonio cumpla con este arquetipo, entre otras cosas porque en sus letras no hay mensajes políticos ni se prodiga en manifestaciones, el es así.

Los tiempos que corren no son proclives para este tipo de artistas, lo que vende son cantantes que sólo son eso, porque no tienen ni idea de tocar siquiera una guitarra. Sólo cantan las composiciones con marcado estilo comercial que las discográficas le componen, se aprenden un par de bailecillos, cuidan su look y poco más. Quién se acordará de ellos dentro de veinte años…

Sin embargo, artistas como Antonio llevan casi treinta años ahí arriba y siguen teniendo sus incondicionales. Podría decirse que vive de rentas porque no se prodiga demasiado en nuevas composiciones y los momentos más emotivos de sus actuaciones se producen cuando interpreta sus míticos temas de Nacha Pop o de sus primeros álbumes en solitario, allá por los noventa, ero eso ocurre con todos los grandes, acaso la gente que acude a un concierto de McCartney no está ansioso por escuchar sus temas con los Beatles. Además, aunque a algunos pueda sonarle a sacrilegio, en mi opinión en su versión de “Romance de Curro al cielo” mejoró la versión original de Serrat.

Antonio sigue dando la talla para interpretar sus viejos temas. Hay alguno que, al escucharlos interpretar temas de hace veinte años parece que se trata de otro intérprete, y aún así, tras venderse a la radio comercial por excelencia (esa que cobra a las discográficas por meter las canciones en su lista) le va mucho mejor a pesar de que la calidad musical de sus temas ha decrecido demasiado.

Eso fue lo que más megustó de su concierto, que dio la talla. La verdad es que tenía mis dudas tras ver el concierto que el año pasado dio en la playa de Riazor junto a su primo Nacho, resucitando a Nacha Pop. En aquella ocasión en Antonio se notaba en demasía el paso del tiempo y, sobre todo, el devastador efecto de las drogas. Sin embargo en el concierto del Playa Club estuvo sensacional, muy activo con la guitarra, prolongándose en solos (incluso enfadándose por la afinación en alguna canción). La calidad del sonido no fue demasiado buena, la potencia era demasiado elevada para el tipo de local, pero lo mejor fue la actitud de Antonio y su banda. Los mejores momentos se vivieron con “el sitio de mi recreo”, “elixir de juventud”, “lucha de gigantes” y en el bis con “una décima de segundo” y la mítica “chica de ayer”. Incluso, a pesar de su timidez, se dirigió al público en bastantes ocasiones.